¿alguna vez haré historia? ¿quedará plasmado mi nombre en un libro hecho para acumular polvo mientras frente a el la vida continúa inventando detalles indescriptibles que la hacen apasionante? Solo espero poner la atención en lo que vale la pena.

lunes, octubre 30, 2006

ser hacer

Sólo una líneas, ya me hicieron divagar, irme por la ramas. Un amigo me contaba un poquito de la película “padre nuestro” y de cómo un mal padre y mal esposo finalmente era reconocido sólo por ser –sucio melodrama-.

Ser y Hacer
ser o hacer
ser o no ser
hacer o no hacer
hacer o no ser
ser o no hacer
nacer

Al pensar en el futuro lejano, de tener familia propia –en el sentido obvio-, me asusta un poco pensar si llegaré a ser reconocido como buen padre o mal padre, buen esposo, mal esposo.

Esos calificativos son asociados al ser, pero se basan en construcciones hechas durante el tiempo, llegar a ser. Difícil sería calificar a alguien (por ejemplo a un padre como buen o mal padre) aislándolo de sus acciones, de su historia, de su prontuario. ¿Es que el ser se forja sólo por medio de su actuar? No suena para nada mal, suena evidente, pero no me calza ¿Dónde entra una esencia propia del hombre? Un ser independiente de la acción, por default. ¿Por qué se puede amar a un bebe?

Quizá el clasificar a alguien ya es errado, meras percepciones vanas. Ciertamente no tenemos derecho alguno de compararnos con otros y establecer categorías.

Cristo es un quiebre en la historia por esa capacidad de trastocar esas categorizaciones, por poner en igualdad a una puta y un sacerdote, o aún más allá, ni siquiera preocuparse por tal igualdad simplemente asumiéndola de forma práctica. El evangelio es eso, todos igualmente malos y pútridos, todos con la necesidad de ir a Cristo, de creer. De acceder, por Cristo, a Dios sin más intermediarios.

Sin embargo necesitamos calificarnos, escogemos por ejemplo una compañera de vida, a un empleado x, etc. Siempre al tomar decisiones que involucran a personas, se vuelve a clasificar, a optar. Somos también ponderados. Desconocer esto es absurdo.

¿Cómo conjugar esos elementos? ¿Qué rol tiene la acción? ¿Tanta distancia hay entre lo que Dios nos ha preparado y lo que ocurre en la realidad?

martes, octubre 24, 2006

habitué

He vuelto a ser un habitué del fotolog –y creo que continuaré así, con regularidad variable*-, tratando de en esa página plasmar un poco de mi vida. Pero me confieso francamente decepcionado.

O no tengo el talento para capturar las fotos apropiadas, o no lo tengo para seleccionarlas (o para recordar que las tengo). El punto es que, por lo menos yo, no soy capaz de reflejar mi vida satisfactoriamente a través de fotos.

Ciertamente la vida es mucho más que un álbum de fotos, pero que bueno es poder mirar esos álbumes, e ir haciéndose una idea de la persona, o de la etapa, o de las emociones. Bueno, creo que a mi no me resulta tanto.

Otro punto es que ya no confío en las fotos. Generalmente la percepción es que las imágenes NO mienten… el clásico “ver para creer”. Pues bien, yo creo que las fotos tienen un increíble potencial de engaño, de ser adulteradas, o de simplemente reflejar parcialidades**. Aún me cuesta, pero estoy aprendiendo a no necesitar ver para creer, y a no creer sólo por ver.

Finalmente, también debe existir un componente de preferencia personal: amigos de las fotos, amigos del cine (el cine me gusta mucho más, a pesar que se sustenta en la fotografía), amigos de la poesía. Francamente me siento más a gusto escribiendo. Simplemente por escribir. Sin fotos. Sin ecuaciones. Sin apoteosis. Por puro gusto. Yo siempre seguiré escribiendo, aunque es muy probable –como ya lo ha sido- que no se vea reflejado en esta página.
**la historia no me convence, las fotos tampoco (por motivos similares, expuestos ahí).