Problemas de trascripción

A veces me divierto inventando frases memorables. La de hoy fue así:

“Una verdadera fotografía es cuando el lente percibe, aunque sea por tan solo un instante, lo que ve el corazón.”

Esta ocasión además vale la pena comentar cómo surgió la frase, y no fue precisamente por haber capturado verdaderas fotografías, sino todo lo contrario.

Más de una vez, incluida esta, he conocido la frustración de encontrarme ante una visión conmovedora, tratar de capturarla con mi cámara y ver que no la capturé ni en lo más mínimo. En ocasiones el motivo es bien simple, la amplitud visual del ojo humano no se compara ni con el mejor gran angular (que, dicho sea de paso, tampoco tengo).

A través de este ejemplo llegamos al viejo tema de la verdad y su representación. Y sin duda es el mismo problema que encontramos al buscar palabras para expresar un sentimiento profundo, o al usar ecuaciones diferenciales para describir comportamientos de la naturaleza, o… etc.

Con cierta tristeza, pero también con cierta alegría, podemos decir que la verdad difícilmente puede ser trasmitida con total fidelidad, tanto porque el medio para trasmitirla es limitado (el lente de la cámara) como porque la verdad misma puede ser demasiado grande o profunda.

¿Qué queda entonces? Queda poner todo lo que esté de nuestra parte para ser fieles a la verdad… y seguir buscando esa verdadera fotografía a pesar de los constantes intentos fallidos.