Comerás, pero no quedarás satisfecho

Un texto en el libro del profeta Miqueas, criticando las injusticias sociales que se daban en Israel (siglo VIII a.C.). El profeta dice en nombre de Dios:

“Los ricos de esta ciudad son todos opresores;
mentirosos y engañadores todos sus habitantes.
Por eso he comenzado a castigarte,
a destruirte por causa de tus pecados.
Comerás, pero no quedarás satisfecho,
sino que seguirás sufriendo hambre...”

Este comer sin satisfacerse es tan común en nuestros días, donde las ambiciones no tienen límite, y acumulamos bienes o conocimiento o dinero o prestigio sin saciarnos. Es tan poco lo que se necesita para vivir bien*, y sin embargo corremos carreras enfermas por alcanzar más y más. Tal parece que esa maldición se ha cumplido al pie de la letra.

*Recordé una notable escena de la película “El Pejesapo” donde en la peor miseria una esposa le dice a su marido “nunca te ha faltado nada”.