¿alguna vez haré historia? ¿quedará plasmado mi nombre en un libro hecho para acumular polvo mientras frente a el la vida continúa inventando detalles indescriptibles que la hacen apasionante? Solo espero poner la atención en lo que vale la pena.

domingo, enero 22, 2006

Bendita movilidad

Pasa el tiempo y uno adquiere millares de cosas para contar… y el tiempo se hace tan corto. Seré breve:

Hace algo más de una semana comenzaron a llegar familiares a mi casa, y el sábado 14 mi hermana mayor et al. cometieron el matricidio. El 15, día de las elecciones estamos reunidos en familia. Hago un paréntesis para decir que, contrario a aquello que prometí en un post anterior, no dejé mi voto al azar y voté por Michelle, explicaciones del caso puedo dar a quien se interese. Por lo mismo, gané los pasajeros rencores de parte de mi familia, sobre todo de mis padres.

Y luego de estos amenos momentos en que mi casa estaba abarrotada de gente, ya el lunes todos desaparecieron: Mis Padres, abuelas y tíos viajaron al sur (todos juntos), mi hermana Cecilia y su brand new esposo Roberto a su breve viajecillo y luego al departamento en que se asentaron. O sea, en mi gran casa quedamos mi hermana Andrea, y Yo, amos y señores.

Las Consecuencias: debemos cocinar nosotros, regar (no es poca pega eso), ir a la feria, mantener medianamente ordenado, etc. Y yo sigo trabajando en la U, intentando descubrir los misterios de las ecuaciones de amplitud para aplicarlos a un par de problemas que me interesan. Da para pensar en si valdrá la pena trabajar por el sueño de vivir solo… sueño lejano, por ahora.

Ese es el resumen de las últimas 2 semanas de mi vida, que hice para introducir un temita que me vino a la mente mientras regaba el patio, y noté que un rosal había sido acosado por una enredadera piñufla, que no costó sacarle pero igual requirió cierta paciencia.

Hay plantas –u otras especies- parásitas que son capaces de matar a quienes las sostienen, cosa que suena bastante grave, y no era el caso que me tocó presenciar. Pero lo que vi me pareció igual de terrible, pues esta enredadera se dedicaba a subir, subir subir, y si se acaba la planta (o la rama) de alguna forma –que sería interesante seguir- saltaba a otra rama que tuviera el porte apropiado, con lo que la planta adquiría nuevas metas, y continuaba subiendo. ¿Qué es lo terrible? Nuestro rosal no estaba muerto, pero si completamente inmóvil, como amarrado con una camisa de fuerza hecha de autentica fibra natural.

Puede no parecer tan grave, pero creo que quedar inmóvil debe ser realmente terrible. En nuestro caso, puede ser por un marco de acción (moral) o por el ego –noten la contraposición-. O por “el sistema” o por el tipo de relaciones que mantenemos. O ¿estaremos siendo nosotros algún tipo de enredadera para otros?.

En cualquier caso, si alguien interpreta esto como una indirecta de mi parte, siéntase equivocado, pues no tuve tal intención… de hecho, a veces me siento demasiado des-raíz-ado.